jueves, 3 de noviembre de 2016

El objeto de Kant

La culminación del iluminismo y el fin del racionalismo dogmático, es decir, el fin de aquella corriente de pensamiento que suponía que mediante el empleo exclusivo de la razón, de sus conceptos y principios, y de sus reglas de funcionamiento se podía obtener conocimiento de los objetos puramente inteligibles, y se podía alcanzar, en general, conocimiento de objetos cualesquiera, sin que fuera para ello necesario recurrir a los sentidos.
Guiado por la investigación de estos problemas del conocimiento, Kant desarrolló la filosofía transcendental, con la que llegó a una profundidad nunca antes alcanzada en la exploración de los fundamentos del pensamiento y de las fuentes de la conciencia, y de las leyes primeras que rigen el universo sensible y le dan su peculiar modo de ser. Al explicar cómo es que productos de la mente, tales como, por ejemplo, la matemática, se aplican necesaria y universalmente a los objetos, que son productos de la naturaleza, dio una fundamentación filosófica a la física de Newton y, en general, a las ciencias naturales.
El mundo de los fenómenos obedecía a las leyes de la razón matemática tanto como obedecía a esas mismas leyes el mundo que estaba detrás de las apariencias fenoménicas, que era el mundo donde residía el fundamento de estas. Más todavía: el conocimiento obtenido por medio de la observación y de los sentidos resultaba ser un conocimiento confuso; si se lo reducía a la debida claridad y distinción, se volvía un conocimiento puramente racional, pero entonces sus objetos resultaban ser entidades metafísicas solo accesibles a la razón pura.
Como se trata de establecer si son validas las pretensiones de conocimiento que postula la razón pura, reduce su examen de esta solamente a aquello en lo que esas pretensiones de conocimiento se expresan a los juicios. Como son juicios enunciados por la razón pura, son independientes de la experiencia, a estos juicios independientes de toda experiencia los llama Kant juicios apriori, y como son juicios en los que no solamente se explican conceptos, sino que se enuncia algo acerca de los objetos, y en ellos se pretende alcanzar conocimientos nuevos, estos juicios no son meramente analíticos, sino sintéticos.
Peguntarse como son posibles esos juicios significa dos cosas en primer lugar, como es que se puede unir, en ellos, el sujeto y el predicado, cual es el fundamento que hace valida la síntesis de unos y otros conceptos en estos juicios Ya hemos visto que los empiristas sostenían que ese nexo sintético se basaba solamente en la imaginación. En segundo lugar, la pregunta se refiere a cómo puede ser que esos juicios sean juicios cognoscitivos, es decir, como es que esas estructuras lógicas construidas con independencia de la experiencia (es decir, construidas apriori) se refieran, sin embargo, a objetos de la experiencia.



Kant inventa un sistema que supera la discusión y oposición, de la filosofía anterior a él, en torno a si el sujeto obtiene el conocimiento del objeto a través de la razón: racionalismo, o de los sentidos: empirismo. La pregunta de Kant, a diferencia del racionalismo y el empirismo, no es qué se conoce; sino ¿cómo el sujeto conoce el objeto? o ¿cuáles son las condiciones que hacen posible que al sujeto conocer el objeto?.
Según Kant el objeto no aparece ni se muestra tal como es en sí mismo al sujeto. Lo que ve el sujeto es la forma en que el objeto se manifiesta ante él. Dicha forma está sujeta a las representaciones de la subjetividad, en las que se incluyen tanto los sentidos o las intuiciones como el entendimiento o la razón, ósea que no es un conocimiento puro del objeto (depende de los ojos del que mira).  
Significa que el conocimiento es relativo dependiendo de quién lo ve, porque cada quien ve lo que puede ver, y así el objeto visto es variable. Entonces el mundo objetivo o real no es reflejado pasivamente por el sujeto. Que el sujeto conozca al objeto implica subjetividad, produciendo y dando forma a lo que conoce del objeto. De este modo, el sujeto sólo puede conocer lo que cae dentro de su estructura cognoscitiva, constituida por la unión de lo sensorial y lo racional. Fuera de la conciencia, el objeto es desconocido. La relación entre sujeto y objeto planteada por Kant es sustantiva y de exterioridad. La pregunta aquí no es de qué están hechos uno y otro sino de qué manera el sujeto se apropia y forma en su conciencia el objeto. 



Immanuel Kant . (2007). Critica de la razón pura . Argentina: Colihue

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